Hoy, 17 de julio de 2023, María Guardiola tomará posesión como presidenta de la Junta de Extremadura en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (primer error de la futura presidenta. Un lugar consagrado a las musas no creo que sea el mejor escenario para tomar posesión de un cargo que nada tiene que ver con las musas).
Hace cuarenta años, un 8 de junio de 1983, fui investido Presidente de la Junta de Extremadura. Mis recuerdos de ese día son borrosos. Después de lo vivido, cuatro décadas es demasiado tiempo como para recordar exactamente los sentimientos que se albergaron en mi corazón y las cosas que pasaron por mi cabeza. Nunca me había preparado ni concienciado para semejante responsabilidad.
Desplantar por desplantar a un Gobierno central por el capricho de sobresalir, elevándote encima de sus hombros, ni es responsable ni es rentable a la larga para los intereses del colectivo
A punto de comenzar una nueva campaña electoral. Lo menos avisados deben saber, si somos capaces de explicarlo, que en esta ocasión elegiremos a los representantes que gobernarán en los municipios y a los parlamentarios regionales que votarán presidente autonómico en casi todas las autonomías españolas.
Los albañiles, y otros gremios que también incurrían en esa malsana práctica, aprendieron la lección y esa costumbre casi ha desaparecido de las calles
Captura del vídeo en el Colegio Mayor Elías Ahuja. Twitter
En mi época de presidente de la Junta de Extremadura recibía todos los años, alrededor de los meses de abril y mayo, cartas -y luego emails– de estudiantes universitarios y de bachillerato solicitando algún tipo de ayuda económica para realizar sus viajes de fin de carrera o del ciclo de Secundaria. Mi respuesta siempre fue la misma: “Lamento no poder atender su petición porque no se encuentra justificación en el hecho que señalan. No entiendo que habiendo tenido la oportunidad de estudiar una carrera universitaria, pretendan encima adornarla con una subvención de la Administración. Tal vez deberían copiar a los albañiles que, cuando coronan una nueva construcción, lo celebran colocando un trapo como bandera y comiéndose una caldereta que pagan a escote”
Las mismas teorías que se escuchan ahora respecto a los impuestos a la banca y a las energéticas anunciados por Pedro Sánchez son las que se escucharon en Extremadura
El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique – EUROPA PRESS
Qué fácil es hacerse de izquierdas en España. Se anuncia un impuesto a la banca y otro a las energéticas y te conviertes en un izquierdista.
Eso sí, con algo de retraso. Hace 20 años que la Junta de Extremadura, gobernada por el PSOE, ya creó ambos impuestos junto al que se impuso a los solares sin edificar y a los cotos de caza. Antes de que los impuestos anunciados por Pedro Sánchez -a bancos y energéticas- se le “ocurrieran” a Pablo Echenique, unos socialistas en la periférica Extremadura hicieron uso de su capacidad normativa e implantaron esos impuestos que fueron votados negativamente por el Grupo parlamentario del PP y por Izquierda Unida que, entonces creyeron que esas medidas no se correspondían con el ideario de la izquierda auténtica, que era la que ellos representaban pero que jamás consiguieron que el electorado extremeño se lo comprara.